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Mostrando las entradas de octubre, 2011

Fuego a la lluvia

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Mientras mi corazón se encontraba enterrado entre tanta tierra, escombro; mientras estaba derrumbado y al tope de la desesperación, llegaste con tu luz, robándome besos, haciéndome subir, ver a la luz. Pero, cariño... ¿cuándo me decías que me amabas lo decías de corazón? ¿o solo para hacerme sentir bien?. Tu nombre junto al mío, no encajaba, no se escuchaba bien, Muchas personas me lo decían no encajabas en mi vida, y por más que sometía todo poder, todo sentimiento en contra nuestra, para poderte tener cerca, te alejabas más, con mil pretextos. Mientras las mañanas llovían yo te pensaba, con el teléfono a un lado. Esperando verte por una ultima vez.. Paso el tiempo, y las cosas se complicaban.. No estabas ahí cuando el fuego arrasaba mi forma de ser, me volvía loco.. Escucha rumores que iniciaste una nueva relación, mi miedo aumentó, y el hecho de no aceptar la realidad, esta vez, hice caso, y escuché mi corazón. Cerré los ojos por una primera vez, escuché lo que me decía, y era

A veces soy tuyo, a veces de nadie

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"Miradas tras miradas, cuerpo contra cuerpo, cuando nadie me ve, soy o no soy, cuando estoy a solas con un cuerpo ardiente sediento de fuego, yo soy chispa, yo soy calor..." Palabras de un loco apasionado, locamente apasionado. He recitado ésto, puesto que anoche, una noche fría, donde la música, las estrellas, la luna y alcohol se hicieron presente, mi cuerpo sudado y moviéndose sin controlarlo, el acto sexoxo se hace presente, sin escapatoria me envuelve. Normalmente en ésta situación suelo controlarla, pero anoche, aquella noche, no pude. Me vió, me observó desde que me entré, las miradas se hicieron fuertes, me miraba con deseo, me llevó una copa y caí en su red.. Trágico momento el que caminé hacia su mesa. Mucho antes, yo bailaba a espaldas de una compañera de la vida, donde la agarraba donde más no se podía, la hacía subir el orgasmo placentero, sin control.  Al llegar a su mesa, me agarro de las caderas y me dijo fuertemente al oído: "¡Bailemos!". Sin qu